martes, 9 de septiembre de 2008

Develando los enigmas del Big-Bang


Nuestra época no conoce fronteras y la máquina de experimentación más grande del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider, LHC), tiene vía libre para develar los orígenes del Big Bang, la gran explosión a partir de la cual se formó el universo. El poderoso acelerador de partículas, que ha hecho temer a muchos con la probabilidad de que se "trague" al planeta al generar millones de agujeros negros tiene una fuerza nunca antes alcanzada y hará chocar partículas atómicas en un túnel anular de 27 kilómetros, a razón de 600 millones de veces por segundo.

Mañana comenzarán a moverse los primeros núcleos atómicos en el acelerador de partículas anular. Oficialmente el aparato de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (OEIN) en Ginebra, que costó 3 mil millones de euros (unos 4 mil 300 millones de dólares) empezará a operar el 21 de octubre.

El LHC es un experimento de lo superlativo: según la OEIN se trata de la máquina más grande construida por el hombre. En el acelerador habrá una temperatura de 271,3 grados Celsius bajo cero (cercano al Cero Absoluto, o Cero Grado Kelvin), es decir algo menos que en el universo, donde hay 270,4 grados bajo cero.

Un campo magnético 100 mil veces más intenso que el terrestre, obligará a las partículas a mantenerse en una órbita. El consumo de energía del acelerador, de 120 megavatios, será similar al de la ciudad de Ginebra, de 160 mil habitantes. Los protones llegarán al 99,9999991 por ciento de la velocidad de la luz, cada segundo realizarán 11 mil 245 giros en el anillo subterráneo y se desplazarán 299 mil 780 kilómetros, en ese lapso.

Los científicos siguen sin poder responder por qué durante el big bang no se formó igual cantidad de materia y antimateria que se habrían anulado mutuamente, quedando en cambio material suficiente para estrellas, planetas y, finalmente, también seres humanos. “La pregunta es, por último, la siguiente: ¿por qué existimos en realidad? Eso es totalmente misterioso”, indicó el físico alemán Siegfried Bethke. “En realidad no podríamos existir, lo cual es motivo suficiente para investigar”.

Con su equipo en el Instituto Max Plack de Física, Bethke desarrolló partes fundamentales de Atlas, el detector más grande del LHC. Los detectores másicos en las enormes salas subterráneas –Atlas es tan grande como un edificio de cinco pisos– miden las partículas que se forman en cada colisión en el LHC.

El LHC, que comienza a operar mañana

A partir de esta lluvia de colisiones, los físicos esperan obtener gran cantidad de partículas elementales hasta ahora no descubiertas e indicios sobre nuevas leyes de la naturaleza, como por ejemplo la partícula de Higgs, que con frecuencia es calificada como una especie de Santo Grial de la física de partículas.

“Las mediciones realizadas hasta ahora en aceleradores junto con la teoría dicen bien claro que la partícula de Higgs (bosón de Higgs) debe encontrarse en el campo de energía del LHC”, subrayó el designado director general del OEIN, Rolf-Dieter Heger, del Centro de Investigaciones de Partículas DFSY (sincrotón de electrones, según sus siglas en alemán), en Hamburgo.


“La partícula de Higgs muy probablemente no será el primer descubrimiento en el LHC”, opinó el estadunidense David Gross, el premio Nobel de Física 2004. Según estimaciones de los involucrados, la investigación podría llevar cinco años, “antes es muy probable que haya otros descubrimientos sensacionales, que nadie previó”.

La misteriosa materia oscura

Es posible que el LHC pueda operar por primera vez partículas de la misteriosa materia oscura del Universo. Se desconoce de qué está formada esta materia oscura. Pero el LHC abrirá una ventana a este universo oscuro, dice esperanzado el futuro director del OEIN. “Por supuesto que no está garantizado, pero la probabilidad de hallar candidatos para la materia oscura es relativamente grande”.

Los físicos han reiterado que está descartado que el LHC pueda generar agujeros negros que traguen a la Tierra, temor muchas veces reflejado en los medios. “Esa discusión es totalmente tonta y absurda”, sostuvo Gross. Si los temores fueran ciertos, la catástrofe debería haber ocurrido hace mucho tiempo, argumentó el físico. “La Tierra y la Luna todavía existen, pese a que hay colisiones de partículas cósmicas que generan mucha más energía”.

En el mismo sentido, el actual director general del OEIN, Robert Aymar, que deja su cargo a fin de año, indicó: “El acelerador permitirá investigar, en condiciones de laboratorio, algo que hace la naturaleza desde hace mucho tiempo”.

La arquitectura del LHC
El LHC como un gran disco duro

1 comentario:

jose luis dijo...

la pregunta de porqué existimos realmente cruza el umbral de lo científico y se adentra en el terreno de la filosofía, creo que por más secretos sobre la materia y los posibles origenes del universo que devele el acelerador de particulas siempre quedará "la sombra de una duda" del cómo fuimos posibles desde el inicio primigenio del big bang hasta nuestro "actual estado", la respuesta final creo depende mas de la filosofía y la teología que de la ciencia, ya lo dijo Hölderling si no me equivoco: "el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona"